El Bogotazo era más que una pasión
Resumen del Bogotazo https://youtu.be/zT0qVO5KVLw
El concepto de
violencia hace referencia a actos de fuerza contrarios al derecho o a la ley,
que pueden ir desde el abuso de poder hasta la coacción ò al uso de las armas.
En Colombia se aplica a un periodo específico de nuestra historia y abarca el
conjunto de fenómenos relativos a la crisis del bipartidismo y a su
enfrentamiento armado durante los años centrales del siglo XX. La voz de
Jorge Eliécer Gaitán retumbó vigorosamente a través de la radio, como su
estrategia de campaña poco antes de su asesinato y durante los sucesos que
siguieron a su muerte, sirvió de altoparlante para que las gentes salieran a
las calles a vengarlo y provocar lo que la historia recuerda como el Bogotazo.
El
político Jorge Eliécer Gaitán, influenciado por las ideas comunistas y
perteneciente al partido liberal, termina distanciándose de este y convirtiéndose
en un fuerte enemigo del gobierno conservador, ya que estaba ganando gran
popularidad en el país, y el partido Conservador no lo veía conveniente para
sus intereses hegemónicos. Con la presencia de Gaitán en las filas liberales,
nace un brazo político de izquierda, denominado Movimiento Revolucionario
Liberal (MRL). Se ganó el liderazgo popular tras las denuncias hechas al
gobierno de Miguel Abadía Méndez por su participación en la masacre de los
trabajadores de las bananeras de Ciénaga; conformó el Gaitanismo y
exigió al gobierno conservador, de Mariano Ospina Pérez, que detuviera las
persecuciones políticas a los campesinos de su partido.
Gaitán
era el principal candidato presidencial. Pero, el 9 de abril de 1948, fue
asesinado en Bogotá, desatando el Bogotazo, la revuelta popular de la
clase baja liberal que se saldó con una masiva ola de destrucción y saqueo en
la capital, reflejó
la furia de toda una comunidad en contra de un gobierno que los veía como una “chusma”.
Los seguidores del caudillo mataron al asesino Juan Roa Sierra, recorrieron
varias calles con el cuerpo, llegaron al capitolio nacional. La violencia entre
liberales y conservadores se extendió a otros pueblos del país, dicho conflicto
duró mucho tiempo hasta el Frente Nacional.
El líder político representaba a la clase popular y media
en Colombia, y son ellos quienes deciden vengarlo; la presencia
de policías conservadores, chulavitas, articulados con los llamados
“pájaros”, asesinos a sueldo, quienes cogen represalias hacia los
gaitanistas y hacia todo liberal en pueblo o vereda. El
uso de salvoconductos se generalizo y dificulto el libre tránsito de las
personas, la venganza se sembró en los colombianos. Las zonas afectadas fueron:
Cundinamarca, Boyacá, Santander, Tolima, Norte del Valle, Quindío, Risaralda,
Caldas.
Lo anterior configuró una
cultura de violencia y originó otros conflictos sociales. Los campesinos liberales y los conservadores, además de la
fuerza pública al servicio del gobierno llegó a
extremos insospechados: la tortura, el asesinato de los niños(as), violación de
mujeres, asesinato de mujeres embarazadas, la masacre de familias enteras,
abandono de las tierras, abandono de los bienes, desplazamiento forzado, las
mutilaciones, el robo de ganado, descuartizamiento de hombres vivos,
exhibiciones de cabezas cortadas, la destrucción de casas, incendio y quema de
propiedades.
La
violencia bipartidista, además de la barbarie desencadenada, genero la
necesidad de abrir espacios políticos para arreglar las diferencias políticas
entre los partidos políticos tradicionales, lo cual propicionó el golpe de
estado de mayo de 1953 por parte de Gustavo Rojas Pinilla. El
bipartidismo no sólo ha monopolizado la democracia en Colombia, también ha
estimulado el surgimiento de grupos guerrilleros y paramiltares como opciones
políticas armadas.
Dentro de la violencia adquirieron renombre
líderes como: Guadalupe Salcedo (llanos orientales), Juan de la Cruz
Varela (sumapaz), Juan de Jesús Franco (Antioquia), El Mosco, El Guatín, Sangre
Negra (Quindío), Pedro Marín, alias Manuel
Marulanda y Jacobo Arenas.
Para algunos, este conflicto pudo prevenirse si no se
hubiera asesinado a Gaitán quien, en medio de sus discursos emocionalmente
fuertes, protestaba contra la oligarquía colombiana. Si las élites políticas hubieran
desarticulado la política local de la nacional y hubiera arreglado el problema
de la tierra no se hubieran presentado tantas muertes.
ACTIVIDAD GRUPAL
N. 17
Realiza una lectura atenta y detenida del
texto introductorio del tema; además consulta y responde:
Vocabulario del tema: Gaitanismo, masacre
de las bananeras, bogotazo, chusma, Frente Nacional, chulavitas, pájaros,
salvoconductos, golpe de estado.
1. Que consecuencias
tuvo la violencia para la población civil.
2. Cómo
llega la izquierda a Colombia.
3. Explica
en que consistió el “bogotazo” sus causas
y consecuencias
4. Qué Derechos
Humanos se violaron durante el periodo de la violencia en Colombia.
5.
Cuáles fueron los actores y líderes del periodo de violencia
6.
Por qué algunos consideran que la violencia pudo prevenirse.
7.
Qué opinas de las medidas represivas del presidente Ospina Pérez para controlar
la violencia
8.
Lee el siguiente fragmento de la “oración por la paz”
pronunciada por Jorge Eliécer Gaitán el 7 de febrero de 1948, en la plaza
Bolívar durante la Marcha del Silencio y realiza un escrito de la
interpretación que le das al texto:
“Excelencia,
interpretando el querer y la voluntad de esta inmensa multitud que esconde su
ardiente
corazón, lacerado
por tanta injusticia, bajo un silencio clamoroso, para pedir que haya paz y
piedad para la
patria.
Señor
presidente: serenamente, tranquilamente, con la emoción que atraviesa el
espíritu de los ciudadanos que
llenan esta plaza, os pedimos que ejerzáis
vuestro mandato, el mismo que os ha dado el pueblo, para devolver al
país la
tranquilidad pública. ¡Todo depende ahora de vos! Quienes anegan en sangre el
territorio de la patria,
cesarían en su ciega perfidia. Esos espíritus de mala
intención callarían al simple imperio de vuestra voluntad”.
9.
Elabora el mapa de Colombia y ubica las zonas más afectadas por la violencia de
mediados del siglo XX
10.
De qué manera el bipartidismo excluyó otras voces políticas del momento y estimuló
el surgimiento de
grupos guerrilleros y paramiltares.
ACTIVIDAD
COMPLEMENTARIA: (individual)
1.
Consulta el programa de gobierno del presidente Gustavo Rojas Pinilla
(1953-1957)
2.
Observa el video: “El Bogotazo” presente en el blog de aula y responde:
a.
Cuál fue la estrategia que utilizaba Gaitán para llamar la atención de las
masas
b.
Qué peligro representaba Gaitán para la
época.
c.
Cuál fue el impacto de la radio en el llamado Bogotazo
d.
Cuál de las tres versiones sobre el asesinato de Gaitán consideras como la más probable.
e.
Cómo se han transformado los medios de comunicación hoy día.
f.
Cómo influyen los medios de comunicación en las campañas presidenciales
que se desarrolla actualmente en Colombia
INFORME DE LECTURA (Adaptación del
material de trabajo del proyecto de Lectura Crítica, del área de Humanidades)
Consiste
en sintetizar analíticamente el contenido y las características de una obra o
capítulo en un informe escrito. Además, es la manera de ejercitar al estudiante
en una buena lectura para estructurar sus elementos más enriquecedores. Es un
ejercicio obligante, que permite evaluar la capacidad de interpretación,
análisis, argumentación, síntesis y acción propositiva.
Estructura: título,
autor, publicación (fecha), palabras claves, contenidos teóricos: temas y
subtemas que presenta el autor, descripción:
de que trata (con sus palabras), estilo de texto, lenguaje, conclusión subjetiva
(apreciación)
ACTIVIDAD
PRACTICA: Elabora en hojas de bloc un informe de lectura sobre el
siguiente fragmento relacionado con la violencia bipartidista en Colombia a
mediados del siglo XX.
Cien años de Soledad: Gabriel García Márquez. Círculo
de Lectores, 1970 (fragmentos)
¡Tírense
al suelo! ¡Tírense al suelo!
Ya
los de las primeras filas lo habían hecho, barridos por las ráfagas de
metralla. Los sobrevivientes, en vez de tirarse al suelo, trataron de volver a
la plazoleta, y el pánico dio entonces un coletazo de dragón, y los mandó en
una oleada compacta contra la otra oleada compacta que se movía en sentido
contrario, despedida por el otro coletazo de dragón de la calle opuesta, donde
también las ametralladoras disparaban sin tregua. Estaban acorralados, girando
en un torbellino gigantesco que poco a poco se reducía a su epicentro porque
sus bordes iban siendo sistemáticamente recortados en redondo, como pelando una
cebolla, por las tijeras insaciables y metódicas de la metralla. El niño vio
una mujer arrodillada, con los brazos en cruz, en un espacio limpio, misteriosamente
vedado a la estampida. Allí lo puso José Arcadio Segundo, en el instante de
derrumbarse con la cara bañada en sangre, antes de que el tropel colosal
arrasara con el espacio vacío, con la mujer arrodillada, con la luz del alto
cielo de sequía, y con el puto mundo donde Ursula Iguarán había vendido tantos
animalitos de caramelo.
Cuando José Arcadio
Segundo despertó estaba bocarriba en las tinieblas. Se dio cuenta de que iba en
un tren interminable y silencioso, y de que tenía el cabello apelmazado por la
sangre seca y le dolían todos los huesos. Sintió un sueño insoportable.
Dispuesto a dormir muchas horas, a salvo del terror y del horror, se acomodó
del lado que menos le dolía, y sólo entonces descubrió que estaba acostado
sobre los muertos. No había un espacio libre en el vagón, salvo el corredor
central. Debían de haber pasado varias horas después de la masacre, porque los
cadáveres tenían la misma temperatura del yeso en otoño, y su misma
consistencia de espuma petrificada, y quienes los habían puesto en el vagón
tuvieron tiempo de arrumarlos en el orden y el sentido en que se transportaban
los racimos de banano. Tratando de fugarse de la pesadilla, José Arcadio
Segundo se arrastró de un vagón a otro, en la dirección en que avanzaba el
tren, y en los relámpagos que estallaban por entre los listones de madera al
pasar por los pueblos dormidos veía los muertos hombres, los muertos mujeres,
los muertos niños, que iban a ser arrojados al mar como el banano de rechazo.
Solamente reconoció a una mujer que vendía refrescos en la plaza y al coronel
Gavilán, que todavía llevaba enrollado en la mano el cinturón con la hebilla de
plata moreliana con que trató de abrirse camino a través del pánico. Cuando
llegó al primer vagón dio un salto en la oscuridad, y se quedó tendido en la
zanja hasta que el tren acabó de pasar. Era el más largo que había visto nunca,
con casi doscientos vagones de carga, y una locomotora en cada extremo y una
tercera en el centro. No llevaba ninguna luz, ni siquiera las rojas y verdes
lámparas de posición, y se deslizaba a una velocidad nocturna y sigilosa.
Encima de los vagones se veían los bultos oscuros de los soldados con las
ametralladoras emplazadas.
La versión oficial,
mil veces repetida y machacada en todo el país por cuanto medio de divulgación
encontró el gobierno a su alcance, terminó por imponerse: no hubo muertos, los
trabajadores satisfechos habían vuelto con sus familias, y la compañía bananera
suspendía actividades mientras pasaba la lluvia. La ley marcial continuaba, en
previsión de que fuera necesario aplicar medidas de emergencia para la
calamidad pública del aguacero interminable, pero la tropa estaba acuartelada.
Durante el día los militares andaban por los torrentes de las calles, con los
pantalones enrollados a media pierna, jugando a los naufragios con los niños.
En la noche, después del toque de queda, derribaban puertas a culatazos,
sacaban a los sospechosos de sus camas y se los llevaban a un viaje sin
regreso. Era todavía la búsqueda y el exterminio de los malhechores, asesinos,
incendiarios y revoltosos del Decreto Número Cuatro, pero los militares lo
negaban a los propios parientes de sus víctimas, que desbordaban la oficina de
los comandantes en busca de noticias. "Seguro que fue un sueño",
insistían los oficiales. "En Macondo no ha pasado nada, ni está pasando ni
pasará nunca. Este es un pueblo feliz". Así consumaron el exterminio de
los jefes sindicales.